viernes, 17 de febrero de 2012

Como nos venden la moto.

Como nos venden la moto” se divide en dos partes: en primer lugar la escrita por Noam Chomsky, lingüista y filósofo estadounidense, bajo el acertado título de “El control de los medios de comunicación.” y en segundo lugar la llevada a cabo por Ignacio Ramonet, periodista español establecido en Francia y una de las figuras principales del movimiento antiglobalización, bajo el título “Pensamiento único y nuevos amos del mundo”.
Comenzaremos hablando de la parte escrita por Chomsky:
Chomsky comienza de manera muy acertada aclarándonos la diferencia entre el concepto teórico de democracia y el que se lleva a la práctica, y nos hace entrever una cuestión “¿Una democracia sin libertad plena y en la que los medios de comunicación están manipulados, es acaso una democracia?” Chomsky, a través de un ataque bastante directo pero a la vez cargado de la ironía que le caracteriza intenta abrirnos los ojos poniéndonos ejemplos de cómo los medios y los que ejercen su control nos manipulan y se califican a ellos mismos de “clase especializada” y a nosotros de “masa estúpida”, de “rebaño desconcertado” al que tienen que llevar por el camino correcto ya que nosotros, la mayoría de la población, no seríamos capaces de tomar decisiones correctas en cuanto a grupo se refiere.
Chomsky nos plantea el problema como una realidad lógica, pero prácticamente todo su discurso es una ironía, para que comprendamos que el punto de vista que plantea no es lógico ni justo, y lo aceptamos porque no vemos más allá de lo superficial.
Un ejemplo sería el del movimiento 15-m. Éste significa una amenaza para el Gobierno y sus gobernantes ya que pone en peligro la ceguera de la población, pero han conseguido, una vez más, manipularnos para que la mayoría de nosotros vea a los que alzan la voz como simples “perroflautas”.
A través de la propaganda nos engañan, nos hacen creer cosas que solo benefician a esa “élite”. Chomsky utiliza ejemplos concretos y nos deja claro que estamos siendo manipulados sin apenas darnos cuenta. “Veis la guerra como algo necesario y bueno, cuando antes de ser influenciados por la propaganda y los medios hubierais estado totalmente en contra” Intenta decirnos Chomsky en gran parte de su discurso.
En general, a través de ejemplos y de la ironía Chomsky nos muestra una obviedad: Somos como un rebaño al que la élite lleva por senderos injustos y que les benefician a ellos y, al igual que estúpidas ovejas los aceptamos sin mirar más allá del paisaje que nos presentan…y eso se acerca más a una dictadura que a una democracia.
La labor que realiza Chomsky me parece magnífica. Es, sin duda, uno de los mejores libros que he leído ya que te da paso a decir “Basta.” De hecho, seguramente, casi todo el mundo que lo haya leído se haya quedado con esa sensación. Además consigue su objetivo: abrirnos en la medida de lo posible los ojos. Si hubiera muchas personas como él, el mundo sería, sin duda mucho mejor.
En mi opinión sobre el control de los medios de comunicación, la falta de democracia y el control de la propaganda…Hemos llegado a un punto en el que estamos siendo como esas ovejas, sin lugar a duda. Lo peor es que la mayor parte de las personas no lo saben y, los que lo saben no saben que otros lo saben, por lo que se sienten desplazados y entran en un callejón sin salida donde el hastío se vuelve su credo. Chomsky seguramente llegó hacia un callejón sin salida, pero supo seguir buscándola. Hay una frase escrita por Charles Bukowski que resume muy bien lo que es la democracia: “La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes”. Si bien es cierto que en Estados Unidos se refleja mucho mejor que aquí la falta de libertad, en todos los países democráticos ocurre esto. Pero, ¿cuál es la solución? El comunismo, por ejemplo, como teoría es idílico, ya que consiste en compartirlo todo, en ser iguales, en pensar en los demás…Un auténtico paraíso. Pero al llevarlo a la práctica se carga de represión y falta de libertad. Y volvemos a lo mismo, ¿y la solución?
Bien. En mi opinión el concepto de democracia como doctrina política en la que el pueblo toma decisiones me parece bastante aceptable y viable. El problema es que hay cinco gatos que poseen los hilos del mundo y los mueven según sus intereses. Pero lo más triste de todo es que las personas con una riqueza media o media-alta, incluso media-baja, se conforman y, o cierran los ojos, o intentan tener más, o luchan por tener una vida “normal”,”media”…pero nada más. Y los que luchan por sobrevivir están demasiado ocupados para quejarse. Nadie quiere dedicar su tiempo a lo que se considera “una causa pérdida” (esto siempre hablando de la pequeña parte de la población que se da cuenta de la injusticia y el horror).
Desde mi punto de vista el problema viene de mucho antes. Pondré un ejemplo: En 1884 varios señores con el poder suficiente como para repartirse un continente se sentaron rodeados de champán y cigarrillos a establecer el reparto África, creando fronteras según sus intereses. Hoy en día, África ya no es de los europeos (en teoría) pero sigue provocándoles daños inmensos. Las fronteras, y no solo las africanas, han dado lugar a que cada país mire por sus intereses, a guerras, a robos de los países con mayor poder económico a los pobres, de una injusticia brutal en la que hemos llegado a un punto en el que las utopías son el padrenuestro de la solución. Así que, ya que es inviable arreglar este daño, podíamos aunque sea ayudar a mejorarlo, en lugar de seguir robando y abusando de ellos. Siempre me he sentido sola en esta forma de ver las cosas, como Chomsky dice: al no encontrar a nadie que piense como yo, me he sentido sola y por ello he silenciado mi opinión. Ya no quiero hacerlo más. Es cierto que me falta bastante realismo, que me encantan las utopías, pero poco a poco voy viendo salidas realistas al final del túnel, que después de todo son las que pueden solucionar las cosas, y yo tan solo quiero luchar por ponerlas en común cuando las tenga bien formadas.
Una pregunta: ¿Qué es un inmigrante? Los medios todos los días nos hablan de pateras que llegan de África a las que se les manda de vuelta al país donde nosotros o nuestros amigos ejercen una explotación brutal, o la permiten, que ya es suficiente. Alguna vez habrán visto personas con banderas españolas en la pared de su cuarto, en pegatinas, en fundas para móviles…Se sienten orgullosos de ser españoles. Ser español conlleva un gran esfuerzo… ¿o no? Obviamente no. Es cuestión de suerte. Alguien tiene la suerte (aunque eso es cuestionable) de nacer en un país  primermundista (también eso es cuestionable) y otros la de nacer en un país de muerte. Y por ello, por simple suerte, nos vemos con la capacidad de echar de estas cuatro líneas que forman nuestro país a alguien que no tuvo la suerte de nacer aquí. Bien, es lógico que no cabemos todos en estos 504.645 km² y que es imposible proporcionarnos las necesidades básicas a todos aquí pero, ¿acaso por esa suerte creemos tener permiso para mirar hacia otro lado? En la película Hotel Rwanda se nos plantea muy bien esta cuestión: " Cuando la gente vea esas imágenes dirá "¡qué horrible!" y luego seguirá cenando. " Mientras niños mueren de hambre en la India (¡mueren de hambre!) o incluso en nuestro propio país personas duermen en bancos porque no tienen una cama (¡una cama!) Nosotros hablamos de ropa. Ayer, precisamente tuve una conversación con un grupo de jóvenes en el que hablábamos de las marcas. Hace cinco años fue publicado un artículo en el que se denunciaba a Tommy Hilfiger por explotar a niños africanos que trabajan hasta dieciocho horas diarias, quedándoles seis horas para comer y dormir. Nada más. No viven. Pero el empresario que les roba la vida es multimillonario. Nosotros eso lo sabemos, pero, según defendían mis compañeros no tenemos más opción que mirar hacia otro lado. A mí eso no me parece una opción. Es cierto que para dar la vida por los demás, por la justicia,  hay que ser muy valiente y saber salvarse de la manipulación. Que conste que no estoy diciendo que yo lo sea. Aún necesito formarme mucho para saberlo. He de resaltar que no es que las personas que no la den sean malas, muchas son ignorantes. Aunque sí es cierto que otras son egoístas.
Y quién quiera denunciar las injusticias deberá enfrentarse al monstruo del capitalismo, a sus defensores, los banqueros y a la manipulación de los medios. La película “Inside Job” refleja muy bien, de una forma parecida a la de Chomsky al realizar un ataque directo, el control que estos grandes dueños del poder económico mundial y con ello, del mundo, ejercen sobre nosotros. Y muy pocas veces se les piden responsabilidades o se les califica de culpables, al contrario, se buscan culpables mínimos como son los alcaldes o incluso presidentes. Los dueños del mundo están muy por encima de ellos, aunque es cierto que no les replican para mantener su posición y sus comodidades. Esto, es reflejado muy bien por Ignacio Ramonet al comienzo de su obra. El marketing, los sondeos… investigan nuestros intereses, la forma de influenciar en nosotros, de manipularnos, para que seamos ovejas que compramos lo que nos ofrecen.
Ramonet denuncia el control y la vigilancia que tienen sobre nosotros. Esto nos remite un poco a la predicción que realizó George Orwell ya cerca de los años cincuenta sobre lo que ocurriría en “1984”. Se adelantó un poco pero si seguimos por este camino es muy posible que 1984 llegue pronto.
Ramonet denuncia al “cuarto poder”,la televisión, argumentando que muchas personas comienzan a solo “ver”  y dejan de “comprender”. También denuncia la concentración de los medios de comunicación que, en su mayoría pertenecen de hecho a los antes citados “dueños del mundo” o a sus “discípulos”.
Lo cierto, es que a grandes rasgos hay tres tipos de personas en el mundo: Santa Teresa de Calcuta, Benedicto XVI, y los seguidores. Unos luchan por los demás sin esperar nada a cambio, al menos nada que no sea ver que cambia. Otros predican democracia, igualdad, paz, bondad…cargados de oro y de comodidades, de manera hipócrita y falsa. Y otros creen esas hipocresías y elogian a los primeros, pero siempre desde lejos.
En realidad, el mundo que nos rodea te lleva al hastío y al escepticismo pero hay que pensar solamente que en África muere un niño cada treinta segundos por Malaria y que, ese niño podrías haber sido tú si no fuera por la suerte.
Finalizaré citando una frase de Bob Marley variando algunas palabras “La injusticia seguirá existiendo mientras el color de los billetes sea más importante que el de los ojos."


Amanda Cabezas

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