jueves, 15 de marzo de 2012

El avance del respeto a la homosexualidad.

El respeto hacia los homosexuales ha avanzado notablemente, sobre todo en esta generación. En la época nazi (no hace tantos años) era considerado un defecto genético  y por ello se aplicó un artículo de una ley del código penal alemán de 1871 en el que se recogía lo siguiente: “Un acto sexual antinatural cometido entre personas de sexo masculino o de humanos con animales es punible con prisión. También se puede disponer la pérdida de sus derechos civiles."
En la actualidad en Alemania, por ejemplo, se recoge la libertad para elegir ser homosexual o no, sin que esto pueda ser juzgado, siendo recriminado el que no respete ese derecho. Un gran cambio, como podemos ver.
Aún así en muchos países sigue siendo ilegal y el castigo puede llegar incluso a la pena de muerte, como en Arabia Saudita.
La RAE define la homosexualidad como “Inclinación hacia la relación erótica con individuos del mismo sexo.
Y la heterosexualidad como “Inclinación sexual hacia el otro sexo.”
Pero, ¿qué piensa realmente la población?, ¿es cierto que el respeto hacia las personas homosexuales es total? Para ello hemos entrevistado a algunos jóvenes de entre 18 y 22 años. También a dos adultos, para ver la evolución, así como a un joven homosexual que nos da su visión interna. Los resultados han sido muy positivos. La mayoría de los jóvenes ven la homosexualidad como algo respetable y normal, aunque es cierto que varios reconocieron verlo extraño, no por ello antinatural. Es cierto que una pequeña minoría apoyó que “la homosexualidad es algo anormal”. Cabe destacar que en esa minoría no había ninguna chica. Sus argumentos eran algo pobres, el más común era que no es normal “porque no”. Esta minoría a la pregunta de si son los homosexuales iguales a los heterosexuales dio respuestas como “no sé, no conozco a ningún homosexual”, pero a la pregunta sobre la viabilidad del matrimonio homosexual o la adopción dio respuestas como “Que hagan lo que quieran” o incluso “Sí, estoy de acuerdo”. Estas contradicciones y la consciencia de que tan solo una mayoría opinó así, nos lleva a la conclusión de que el respeto es casi general en la juventud, aunque sigue resultando extraño incluso en ella, la cual a pesar de ello está concienciada de que “es algo natural, que durante mucho tiempo ha sido reprimido y por ello ahora resulta extraño (…) pero es algo normal a lo que ni siquiera hay que darle importancia.”

Un asunto que cabe destacar es que la mayoría de los entrevistados hacen una distinción entre homosexuales y lo que califican como “locas”, argumentando que ellos tampoco reivindican su heterosexualidad, por lo que esa postura dentro de los homosexuales no les parece la correcta.
También cabe resaltar que la mayoría tienen uno o varios amigos homosexuales  por lo que no solo los respetan “mirándolos desde lejos”, sino que saben que son exactamente iguales que ellos.
Las respuestas han sido muy variadas, desde la total indiferencia ante un hecho “totalmente natural” hasta el rechazo, siendo la primera opción la más apoyada con diferencia.
En relación al tema de la adopción por parte de las parejas homosexuales, solamente un entrevistado a mostrado su rechazo, el resto ha defendido el derecho a adoptar argumentando, entre otros, que“ El mito "padres homosexuales, hijos homosexuales" no es nada más que eso, un mito inventado por la sociedad más tradicional y arraigada a la Iglesia. La educación sexual o la condición sexual de los hijos adoptados, no tiene que verse influenciada por la condición sexual de los padres, eso es de libre elección del mismo niño. Para dar educación, amor y futuro a esos niños, no hace falta que los padres sean estrictamente la tradicional pareja hombre/mujer.
Las respuestas de los adultos, un hombre de 46 años y una mujer de 76 han sido totalmente diferentes. El hombre de 46 señaló que “ser homosexual no es normal, ni natural, (…) no pueden adoptar, ni casarse porque no es normal.”
La mujer de 76 expresó: “la homosexualidad no me resulta rara en estos tiempos, aunque uno no lo acepte, en estos tiempos uno se tiene que acostumbrar.” Lo calificó de ser “algo antinatural, pero respetable.”
Hay una respuesta en la que todos excepto un entrevistado coincidieron: el término “maricón” conlleva la falta de respeto, y no lo emplearían.  Incluso el joven homosexual expresó que para él es una falta de respeto. Este joven al ser interrogado sobre qué pensaría si ve a dos hombres/mujeres/hombre y mujer besándose respondió “Admiración de que se demuestren amor.” Una gran respuesta.
Por tanto, la evolución es evidente: poco a poco las personas ven la homosexualidad como lo que es, una tendencia sexual diferente, pero tan natural y respetable como la heterosexual.
La lucha aún no ha terminado, pero la mayoría de jóvenes respetan y eso ya es un gran paso hacia la libertad de amar sin importar el sexo.


Amanda Cabezas

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